La vida ya es lo suficientemente complicada como para terminar complicándola más por nuestra propia cuenta, pero a pesar de esta lógica tan sencilla siguen habiendo personas que por motivos de inseguridad, por miedo, o por otras causas dejan pasar oportunidades capaces de cambiarles sus vidas a mejor, y es que ese dicho de “mas vale malo por conocido que bueno por conocer” parece aplicarse de manera general en nuestras vidas, muchas veces nos quejamos de nuestra realidad, y de pronto aparece una oportunidad para salir adelante y simplemente terminamos por no tomarla.
Nos comportamos como si supiéramos que la siguiente oportunidad llegara en una hora y fecha establecidas, como si superamos con certeza que tendremos una nueva ocasión para reaccionar favorablemente ante aquella oportunidad de cambiar nuestras vidas, que hoy por ocio o por miedo de perder lo que tenemos actualmente (independientemente de que no sea tan bueno) decidimos dejar pasar, pero la vida es como un amante, que te llena de presentes y de atenciones, pero si nos la pasamos negándonos a aceptar sus regalos en algún momento se cansará.
Es normal y hasta cierto punto sano el no buscar demasiados cambios en nuestras vidas, lo conocido de alguna manera genera cierta seguridad, al menos ya sabes de lo que usualmente careces y con aquello que puedes contar, pero hay veces que nuestra situación en ciertos aspectos es en verdad deplorable y aun así nos portamos reacios a cambiar sin importar las oportunidades que se nos presentan y después con el tiempo nos la pasamos lamentándonos y preguntándonos ¿Qué hubieras sido si…? Esa pregunta en verdad como hace daño, porque es como un eterno reproche a nosotros mismos por no haber tenido el valor de actuar en consecuencia a las oportunidades.
Así que por muy acostumbrados que estemos a nuestra vida diaria deberíamos prestar más atención a nuestro entorno, deberíamos si no estar en busca de oportunidades al menos aprovechar las que nos llegan, hay que hacerlo con cabeza obviamente, no todo lo que brilla es oro, pero tampoco podemos desconfiar excesivamente todo el tiempo, tenemos que encontrar un punto medio entre la cautela y la valentía, entre el pensamiento racional y el excesivo, porque si nos la pasamos solo pensando sin actuar todo quedará en el plano de lo invisible e intangible.
Es bueno pensar bien las cosas antes de actuar, pero un pensamiento que no llega a convertirse en acción se convierte en una completa perdida de tiempo, recuerda que la vida es como un amante, y hasta las oportunidades se cansan de que las dejes pasar.
Autor: Chivy