Aún puedo recordar con fidelidad cuando nos íbamos a tomar un café saliendo de la escuela, y nos poníamos a platicar de nuestros sueños, de cómo queríamos conquistar el mundo cada uno a nuestra manera, recuerdo que decías que querías viajar por el mundo, conocer muchas culturas diferentes, muchas personas distintas y aprender varios idiomas; yo por mi parte, quería tener un trabajo que me permitiera disfrutar del tiempo suficiente para dedicarme a mi familia.
Aún no sabíamos de lo cruel que el destino puede ser en ocasiones, creíamos que todo se resumía en soñar, esforzarse y lograr, no conocíamos la palabra fracaso, no le temíamos, y no la contemplábamos, éramos unos chiquillos ingenuos, pero éramos los mejores amigos, con el tiempo como era de esperarse por nuestros distintos objetivos, tuvimos que separarnos, recuerdo que los primeros días que te fuiste me costaba hacerme a la idea de que ya no tendríamos esas charlas tan emocionantes y divertidas.
Quise encontrar a alguien que ocupara tu lugar, pero la mayoría de las personas que encontré estaban demasiado ocupadas con sus vidas como para tomarse un momento para platicar cómodamente con un café caliente en las manos y mirar a las estrellas, nunca pude encontrar a alguien como tú, encontré quien se sentara conmigo a platicar, pero eran las platicas de siempre, que el muchacho ese me gusta, que mi novio me dejo o me engaño, que aquella muchacha me cae mal, casi todo eran chismes y ese tipo de platicas para mi eran aburridas y difíciles de llevar.
Con el tiempo y después de varias caídas logré encontrar a un hombre digno de el amor que yo sentía por él, él fue el único además de ti con quien podía platicar casi de todo, digo casi porque al ser mi novio había algunos temas que le costaba llevar y aprendí a la mala, que era mejor no entrar en ese tipo de temas que siempre terminaban mal, pero a pesar de algunos defectos sabía que él era el indicado para mí.
Nos casamos y tuvimos una familia hermosa, la verdad es que no fue fácil y sigue sin serlo, ser madre y esposa es un trabajo de tiempo completo, y es fácil que un descuido genere un gran problema, pero soy feliz sin lugar a dudas, nos tomó mucho trabajo lograr lo que tenemos, pero puedo decir con orgullo que lo estamos logrando, digo estamos porque la felicidad es algo que se alcanza y que hay que trabajar para mantener.
Pero cuando por fin pudimos vernos de nuevo terminé encontrándome con alguien completamente distinto del amigo que alguna vez tuve, que quizás era inmaduro, pero era muy amable, agradable y sobre todo modesto, ahora eres un hombre que no habla de otra cosa que no sea el dinero, los carros y negocios, pero definitivamente lo que más me sorprendió fue que me tachaste de perdedora, cuando yo fui la única de los dos que cumplió realmente con sus sueños, tu los abandonaste en el camino por la codicia y al mismo tiempo abandonaste tu bella manera de ser.
Para mi lo más valioso no es aquello que tenemos en nuestras vidas, si no a quien tenemos en ellas, porque son esas personas que me acompañan la razón más grande de mi felicidad, y si bien nada nos sobra, tampoco nos falta, así que yo puedo decirte que para mi el que realmente fracasó eres tú, porque te abandonaste a ti mismo por conseguir cosas, pero estas solo, y eso si es triste en realidad.
Autor: Chivy