Me gusta estar con gente que me hace olvidar que tengo teléfono.

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Sin darme cuenta me perdí del mundo que me rodeaba, todo desapareció ante esa mirada que brillaba con más fulgor que los mismo astros, mi sangre hervía y mi corazón latía estrepitosamente como si quisiera abandonar mi cuerpo e irse con él, creí que solo había pasado un instante, pero en realidad las horas se consumieron sin dejarme saber de su existencia, fue como si en ese momento hubiese sido secuestrada y perdiera la conciencia, me embriague de su voz, de su mirada, de esos movimientos hipnóticos que hacia con sus manos al hablar, era su presa y el mi depredador pero no me importaba.

Quería inmolarme de ser necesario en esos brazos gruesos que tenía, quería seguir viviendo esa historia aunque me consumiera como el vino en sus labios, quería que el tiempo se detuviera, y sin embargo pasaba cada vez más deprisa, fui victima de mi propia imaginación y comencé a imaginar que sucedían cosas que en algún momento catalogué de inapropiadas, pero con él nada importaba, con el todo lo quería, con el mi mundo se transformó y descubrí una manera mía de ser que nunca antes había aflorado, pero el verdugo insaciable que todo lo destruye se encargo de ponerle un punto suspensivo a nuestro encuentro, el tiempo llego a su fin y tuvimos que despedirnos.

Yo quería seguirle escuchando, yo quería que me siguiera mirando con esos ojos brillosos, yo quería seguir observando su sonrisa y esas arrugas que se hacían alrededor de sus labios, quería probar el néctar de su boca, pero él tenía que marcharse y yo también solo que lo había olvidado, así que me dirigí a mi casa y observe un punto brillando en mi bolsa, era mi celular, era aquel objeto del que nunca me separaba, era aquel instrumento que me servía para comunicarme con el mundo y al desbloquearlo vi muchas notificaciones de personas, algunas me saludaban, otras me preguntaban dónde estaba, otras más estaban preocupadas por mí, y yo solo lo volví a guardar sin contestar a nadie.

Quería seguir saboreando ese momento que aun permanecía en mi mente, porque aun tenía la piel erizada por aquel encuentro con ese hombre, esa persona que sin tocarme, sin mostrarme ningún bello paisaje, sin contarme historias casi increíbles había sido capaz de capturar mi atención en todo momento, haciéndome olvidar del mundo, haciendo que incluso fuera incapaz de sacar mi teléfono del bolso, solo quería seguir observando su rostro en mi mente y solo quería pensar que nos volveríamos a ver.

Autor: Chivy