Si la vida te da limones, aprende a hacer limonada.

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Francamente cuando imaginaba mi futuro más o menos a esta edad me veía con una familia, un esposo cariñoso y comprensivo, y un par de chiquillos corriendo por la casa y gritándome mamá, en ese entonces no sabía de lo complejo que puede ser encontrar a la persona correcta, ni me imaginaba las terribles vidas que llevan algunas mujeres por no saber esperar al hombre adecuado, por temer a la soledad, por no creer en ellas mismas para poder realizar sus sueños sin la ayuda de alguien más.

He tenido la mala suerte de haberme topado con las personas equivocadas, o quizás simplemente he buscado en el lugar equivocado, pero mi realidad es que he sido incapaz de encontrar a alguien por quien valga la pena jugarme la vida, alguien que me inspire el poder confiar en él con los ojos cerrados, alguien que haya sido capaz de tocar mi corazón, ya que la mayoría estaban demasiado apurados por tocar solamente mi cuerpo, pero a pesar de que mi gran sueño es tener una familia, tengo bien en claro que más vale sola que mal acompañada.

Naturalmente además de esa familia que deseo también tengo otros objetivos, unos para los cuales resulta más favorable ser soltera, y a falta de esa persona adecuada para mí, me he dedicado a perseguir mis otros objetivos, felizmente puedo decir que he cumplido ya varios de mis sueños y caprichos, y ese tiempo que hubiera dedicado a alguien más lo he invertido en mí, no puedo negar que a pesar de no haber cumplido aún el sueño de tener una familia, soy muy feliz, mi soledad no me molesta en absoluto, y si tuviera la mala suerte de seguir sin encontrar a aquel hombre que me haga vibrar desde lo más profundo de mi ser puedo aceptar esta realidad como algo aceptable.

Porque he visto a muchas amigas en mi camino que por miedo terminaron casándose con hombres que no les convencían, o que no amaban en realidad, ya fuera por miedo, por estabilidad económica, o por no estar de “quedadas”, y la mayoría de ellas me ha contado que se arrepienten de haberse casado en esas condiciones, y las otras que no lo hacen tampoco parecen ser muy felices, así que tengo la determinación de no rendirme y también de no conformarme, porque un error de ese calibre muchas veces es imposible de reparar.

Yo he sigo maldecida o bendecida con mi soledad, he decidido que la suerte que he tenido juegue de mi parte, he decidido sacarle provecho a mi situación y no “esperar a que nadie llegue para ser feliz”, he hecho lo mejor que he podido con lo que tengo y me siento contenta y orgullosa de lo que he logrado, no vale la pena perder el tiempo quejándose, o sentándose a esperar que la felicidad entre por nuestra puerta, quizás no podemos tener todo lo que deseamos, pero siempre podemos sacarle provecho a lo que si tenemos.

Autor: Sunky