Poco mi mundo que hasta ese momento había sido completamente a color comenzó a desvanecerse en una escala de grises que cada vez se tornaban en una tonalidad más obscura, todo aquello que me importaba, todo aquello que me hacía reír iba perdiendo su fuerza para crear reacciones en mí, parecía que avanzaba hacia un acantilado y que no podía volver atrás, sabía que estaba en peligro, sabia que me estaba auto destruyendo, pero de alguna manera me todo me había dejado de importar, había perdido la esperanza por completo, había perdido la autonomía para poder sacar fuerzas de mi misma o de los demás, todo se fue envolviendo en un absoluto silencio hasta que pude sentir el frio de la muerte asechando mis huesos.
Contemplaba los intentos desesperados de las personas que me querían para alejarme de esa obscuridad, pero había llegado a un punto en el que sus voces ya no podían alcanzarme, sus corazones eran incapaces de alcanzar el mío, y sentía pena por ellos, porque se desgastaban en intentos que no llevaban a nada, mi destino estaba decidido y solo esperaba a que algun acto divino apagara la flama de mi existencia, ya no quería seguir sufriendo, la ultima decepción de mi vida había acabado con mi aliento para continuar, estaba perdida entre la tristeza, la melancolía y los sueños y anhelos que sabía que no podrían tener lugar, estaba despidiéndome de toda chispa de esperanza que me hiciera sentir un apego por seguir adelante.
Me había convertido en un muerto viviente, en un ente que respiraba y sin embargo era incapaz de sentir nada que no fuera tristeza y melancolía, y solo le preguntaba al divino ser ¿Por qué no me llamas a tu presencia? ¡ya no quiero estar aquí!, pero la vida no es como uno la espera, y pocas veces las cosas llegan de la manera en la que las habíamos imaginado, en ese preciso momento en que mi corazón se había convertido completamente en una roca sólida, cuando ni siquiera las palabras de mis familiares y amigos podían alcanzarme llegaste tú, llegaste y sin embargo no te vi venir, no puedo recordar con exactitud que paso antes de ese beso que me diste en los labios, porque pareciera que ese beso me devolvió a la vida de golpe.
Yo que ya no esperaba nada, que ya no buscaba a nadie, yo que solo quería desaparecer en silencio, yo que estaba desesperada por que Dios me hiciera el favor de llamarme a su presencia fui sorprendida de una forma que no me esperaba, un beso tuyo fue la medicina perfecta para mi mal, un beso basto para hacer latir de nuevo mi corazón y una lagrima de felicidad se escapo de mis ojos y no fue hasta que rodaba por mi mejilla que me di cuenta que era capaz de sentir nuevamente, y me pregunto ¿Cómo un beso puede tener aquella fuerza?, ¿Cómo es posible que algo así de sencillo fuera capaz de curarme de ese mal mortal?, ¿Por qué llegaste a mi vida cuando ya nada esperaba de ella?, estas preguntas y otras más rondan por mi cabeza desde aquel día, y estoy feliz de haberte conocido y poder sentir de nuevo el calor de un sentimiento llegar a mi corazón, y aunque parezca increíble debo admitirlo, a veces un beso puede ser la solución a todo el desastre.
Autor: Sunky