Las personas somos un manojo de contradicciones, decimos que no, cuando en realidad deseamos decir si, buscamos donde sabemos que no vamos a encontrar, decimos que no queremos sufrir, pero deseamos amar, y nos aferramos a querer dejar en el pasado a aquella persona que recordamos todos los días. Es como si de alguna manera nosotros mismos nos boicoteáramos las propias metas, es como si dijéramos siempre todo lo contrario de lo que pensamos o sentimos, y muchas veces el sentido de lo correcto no es suficiente para convencernos del todo, porque para no vernos como unos estúpidos decimos lo que se espera escuchar de nosotros, pero actuamos haciendo todo lo contrario a lo que predicamos.
Todas las historias deben de ser superadas, pero cada una lleva un tiempo de sanación diferente y todo depende de lo importante que haya sido esa historia para nosotros, el tiempo que duro y sobre todo lo mucho que se amaba a esa persona que ahora ya no esta a nuestro lado, las razones sirven lo suficiente como para darnos cuenta de que no estamos equivocadas, nos dan el soporte para seguir avanzando, nos hacen ver que estamos haciendo lo correcto a pesar de que por dentro estemos destrozados, sirven para todas estas cosas, pero no brindan una resignación inmediata, y es que los argumentos no entran ni salen del corazón tan rápidamente, el corazón es un lento enamorado, que tristemente tarda más en olvidarse de la persona amada que lo que tardo en comenzar a amarla.
Aunque para seguir adelante debemos guiarnos más por la razón que por el corazón, ya que el corazón siempre se resistirá a olvidar a ese ser amado, el corazón quiere seguir amando aunque duela, a él de poco le valen las traiciones, porque se sobrepone al dolor rápidamente o al menos es capaz de seguir amando al mismo tiempo que se lastima con las indiferencias de las personas que amamos, el corazón nunca va a cooperar para olvidarse de alguien a quien ya le ha dado lugar, y nosotros debemos hacer casi todo el trabajo cuando se trata de sacar la basura emocional, pero tristemente terminamos complicando más las cosas cuando no dejamos de evocar a nuestra mente los recuerdos que se vivieron con ese ser amado.
El olvido, el poder superar a alguien es un proceso largo y complicado, y nosotros lo echamos hacia atrás cada vez que le traemos en forma de recuerdos y más cuando aquellos recuerdos pueden llegar a ser buenos o positivos, porque las personas somos tan incoherentes que cuando todo a terminado solo recordamos los mejores momentos, las cosas más bellas que compartimos, rara vez recordamos aquellos motivos que fueron lo suficientemente fuertes como para hacer que “ese amor tan fuerte” se fuera al carajo, así que ya deja de complicarte las cosas, si quieres en verdad superar a alguien deja de recordarlo al menos de forma consiente.
Autor: Sunky