Es muy triste ver cómo nos vamos convirtiendo en una sociedad cada vez más aislada y egoísta, a pesar de las facilidades para comunicarnos, es triste ver como en la medida en la que nuestros conocimientos avanzan nos convertimos en seres cada vez más frágiles, y como en el intento de expandir nuestras libertades coartamos las ajenas sin ningún remordimiento, es triste ver como en una era en la que el conocimiento lo debería de representar todo lo más importante es lo superficial y el sexo, y como es este último algo que ha pasado de ser una forma de demostrar amor a convertirse en el amor mismo, porque por sexo se dividen comunidades enteras, se consiguen trabajos, se mantiene a una persona cerca, se rompe un matrimonio, se libran guerras y movimientos sociales, el sexo se ha convertido en lo más importante sin darnos cuenta.
Y es imposible no preguntarnos ¿Qué tan avanzados somos realmente, que tan civilizados podemos ser en un mundo donde el sexo es lo que nos mueve, lo que nos une o nos separa?, hemos dejado de ver las intenciones de la gente, sus personalidades, sus sentimientos y sus ocurrencias, nos convertimos poco a poco en bestias que solo buscan aparearse y son capaces de hacer lo que sea con tal de hacerlo con quien uno quiera, y entonces ¿Qué paso con los lazos amorosos que eran necesarios para llegar al sexo?, ¿Qué paso con eso de “hacer el amor”?, ¿Qué nos está sucediendo?, ¿Desde cuándo acostarse con alguien se volvió más importante que conocerlo, que cuidarle, que amarle?, y aunque muchos traten de disfrazar de amor ese comportamiento errante y egoísta en el que solo buscan satisfacerse a sí mismos, en realidad aún estamos viviendo en una generación que tiene el conocimiento de que no es así.
La verdad es que no hemos dejado de ser animales y no podremos dejar de serlo por completo, pero se esperaría que con el paso del tiempo fuéramos avanzando hacia una conciencia más desarrollada, preocupada más por aquello que en realidad es importante, como lograr reparar el daño que le hemos hecho a nuestra hermosa tierra, lograr erradicar el hambre, la pobreza, las desigualdades sociales, entender que todos somos igualmente importantes, distintos y únicos, y que esa es la riqueza humana, nuestra diversidad de pensamientos, de formas de ser y de sentir, y aceptar nuestras diferencias sin que estas sean un motivo para llamar a la guerra, entender que las fronteras solamente nos empobrecen, y darnos cuenta que la verdadera riqueza está en el corazón de la gente.
Pero vamos exactamente en el sentido opuesto, cada vez somos más insolentes con la naturaleza, cada vez somos más egoístas y cada vez nos excluimos y dividimos más y más, y la insensibilidad al dolor ajeno a llegado a tal punto que muchas personas se regocijan viendo videos en internet de personas que son acribilladas, mutiladas, o torturadas como si fuera un mero entretenimiento, estamos utilizando nuestra facilidad para acceder a la información de formas completamente destructivas para nosotros y para los demás, y estamos olvidando lo que realmente es importante para nosotros, y no, no es el sexo ni con cuantos o con quienes se acuesta cada quien, es conectar con los sentimientos de los demás, es respetarlos y apreciarlos por quienes son, son esos valores que cada vez están más olvidados, y me preocupo no por mí ni por mis hijos, si no por los que vienen después de ellos, me preocupa que con el tiempo las personas olviden aquellas cosas que nos hacen “ser humanos”, me preocupa que la humanidad se termine convirtiendo en una comunidad que solo se preocupa por coger, y que la gente se olvide por completo de que lo verdaderamente importante de las personas esta en nuestros corazones y no en cómo nos vemos o a quien nos cogemos.
Autor: Sunky