De mujer a mujer, te diré…

0
19642

Hoy te escribo estas palabras haciéndote primeramente saber que no las has de merecer. Y es que me resultas verdaderamente poco importante, pero a sabiendas de que alardeas que has podido ganarme te diré…

Tú, no me ganaste. Sinceramente me hiciste un favor al meterte en nuestra relación. Con ello comprobé su falta de madurez y de compromiso. Con ello me hiciste ver que yo merecía a alguien mucho mejor, alguien que definitivamente no podía ni debía ser él.

Es un buen hombre, un tanto tonto por caer en tus redes, por creer que le has de ser fiel; no imagina que lo que haces con él, con alguien más lo has de hacer. Y es que es tu tan denigrante forma de ser. Meterte entre dos personas y sentirte vencedora ignorando que lo que uno hace mal, de forma triple se le ha de regresar.

Y aun puedo recordar aquella vez… ¡ya no duele! Ni siquiera un poco y tengo que reconocer que te debo agradecer; ahora soy más fuerte y más inteligente. Las heridas que me causaron no me lograron vencer.

Caminas de su mano presumiendo felicidad, sintiéndote su dueña y divulgando que contigo él me ha podido olvidar. Que nunca fui nadie importante y que por eso te eligió, que nunca había sentido con nadie el inmenso amor que contigo siente hoy.

Y entonces te preguntaré ¿por qué aun me busca?

Lo desconoces y es una pena hacerte saber que aun llama por las noches pidiendo perdón. Dedicando de vez en cuando alguna que otra canción. Diciendo que aún no ha podido olvidarse de mi amor, de los días pasados y de la noche en que me conoció. Dice y recalca que extraña mis caricias, mis locuras y mi forma de besar. Mis charlas y mi sonrisa son cosas que nunca ha de olvidar. Que me quedé tatuada en su piel, en su ser y que como yo un amor nunca habrá de tener.

Reconoce su error y le he perdonado, pero eso no significa que en algún momento yo pueda volver a su lado. Hay algo que yo tengo que tú no has de conocer, se llama –dignidad- y esa misma es la que me ha ayudado a continuar con la frente en alto. Y tú ¿duermes tranquila consiente de tus actos?

Te he de asegurar que no solo eso perturba tu mente. Sé que no duermes tranquila, imaginando con quien ha de soñar él últimamente. Y es que últimamente se ha mostrado un tanto frío y distante, lo sé muy bien. En sus intentos por recuperarme me lo ha hecho saber. Y con ello no termina más que confirmándome que otro hombre he de merecer, alguien que sepa lo que quiere, que luche por conseguirlo y por mantenerlo a su lado. Alguien que respete al ser amado.

Y aun con su distancia durmiendo entre ambos no te cansas de presumir. Dices que él te ama, que no pudo elegir mejor ¨dama¨ y es que tú si fuiste lo suficientemente mujer para entregarle todo tu ser. Y si ha sido así solo puedo decir ¡gracias! me has librado de alguien que pide sin merecer, que se entrega a medias y se comparte con otro ser. Alguien poco sincero, débil y desleal. Alguien que miente, que engaña y que no le importa lastimar. Que antepone sus necesidades ante sus sentimientos. Que finge amor aun cuando sabe que con alguien más tiene encuentros. Alguien que solo se ama a sí mismo y que en él predomina el egoísmo.

Y no, no diré que en su totalidad la culpa de nuestra ruptura la has tenido tú. Fue él quien decidió fallarme, fue él quien decidió que un ¨momento¨ en comparación con lo nuestro era más importante. Fue él quien destruyó aquel mundo feliz. Aquellos planes y sueños que juntos imaginamos compartir.

 

 

Pero fuiste tú el medio para que ocurriera todo aquello. Y es que la palabra ¨respeto¨ no está en tu diccionario. Y ahora dices que te odio por tener aquello que yo más he amado. Pero déjame aclararte que para odiarte te falta mucho. Tengo claro que quien odia solo se envenena el alma y la mía esta en paz y calma.

De mi parte puedes estar tranquila. Las cosas tarde o temprano se acomodan y el karma siempre llega, ¡te lo aseguro! Puedes presumir que te ama, en el fondo sabemos que él aun me extraña, que aunque duerme contigo sueña conmigo y cuando te hace el amor imagina que soy yo. Y en realidad no sé quién es peor… tú, por meterte en una relación y ahora presumir que eres su único y verdadero amor o él, por caer en un momento de pasión, el cual lo dejó en soledad y continúa buscando aquello que por tonto perdió.

Y es que si algo tengo claro, es que después de todo yo no podría volver a su lado. Yo me respeto, yo me valoro y yo me amo. Así que puedo asegurarte que lo que contigo me hizo, conmigo no te hará. Ese lugar tan patético y vacío se lo dejo a alguien más. Alguien más que como tú, no puede aspirar a más.

Ahora anda y ve con él. Aférrate a hacerle olvidar nuestro ayer. Por último permíteme pedirte un favor: borra de su móvil mi número y oblígale a pensar en ti y no en mí cuando te hace ¨el amor¨.

Autor: Stepha Salcas