Las heridas que no se ven son las más profundas.

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No voy a vivirme la vida llorando por alguien de tu calaña, cierto es que me equivoque al dejarte entrar en mi corazón, fui ciega a las muchas señales que dabas de ser poco confiable y sorda a las voces que me aconsejaban que me alejara de ti, y es que cuando uno se enamora es ya demasiado tarde para darse cuenta del error, se necesita de algo fuerte para arrancar a alguien que ya se ha metido de alguna manera en el corazón, pero fuiste mi mal y mi propia medicina, porque tuviste el cinismo de mostrar tus verdaderas intenciones y aunque fue doloroso no me quedó otra que aceptar la verdad.

Doy gracias a Dios por haberme dado el coraje de alejarme de ti, y sé que fue Dios quien me ayudo porque yo no tenia las fuerzas suficientes para dejarte ir a pesar de todo el dolor y la humillación que me causaste, por eso sé que Dios existe, porque me alejo de aquella jaula de la que yo no hubiera podido escapar por cuenta propia, y a pesar de que en más de una ocasión me vi con las intenciones de volver él me daba fuerzas para sobreponerme a mis más profundos deseos.

Todo pasa, tarde o temprano, y también pasaste tu a formar parte de mi pasado, un pasado del cual no he vuelto a mirar, no eres precisamente un recuerdo grato, y si bien nadie me vio sufrir, si bien todos creyeron que te había superado de inmediato, solo Dios sabe lo mucho que te lloré, lo mucho que me dolió el tener que arrancarte de mi corazón a la fuerza, cuando en realidad no deseaba otra cosa que estar contigo, y me costó mucho tiempo el poder dejarte atrás.

Las heridas que se llevan por fuera a veces suelen verse más aparatosas y pareciera que duelen mucho, pero las heridas en el alma son aquellas que duelen más, porque no existen analgésicos para el dolor de un corazón roto, porque nadie más puede ayudarte a tratarlas, porque incluso nadie se percata de lo mucho que puedes estar sufriendo, y fue así como quise que los demás pensaran, no quería la lastima de nadie, no quería a otros como tu apuntados en mi puerta para “sanar mi corazón”, el tiempo que todo se le lleva tardó en llevarse mi dolor, pero al final terminó por hacerlo.

Así que lamento desilusionarte, yo en realidad se sé amar, y aunque contigo la cuenta me salió bastante cara estoy de nuevo de pie, para mi lo nuestro no fue un juego, tuve la desgracia de no poder ver atreves de tus mentiras, y si bien pienso que nada de malo tiene tropezar con la piedra, no soy de las pendejas que vuelven a cometer el mismo error, me dolió lo nuestro en su tiempo, cuando me importabas, ahora ni de loca volvería con un idiota como tú, pero puedes ir por tu vida pensando en que al menos una mujer fue lo suficientemente tonta como para amarte de verdad, y por ahora puedes reírte incluso si quieres, diviértete si quieres, porque quizás sea algo que no te vuelva a pasar y posiblemente recuerdes que pudiste ser feliz pero lo echaste a perder.

Autor: Sunky