La belleza de un hombre está en sus actos, no en su físico.

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Es verdad que fuiste el hombre mejor parecido que conocí, de hecho cuando recién comenzamos a salir no podía creer que fueras mío, me encantaba tomarme fotos contigo y subirlas a las redes sociales para que todas mis amigas se murieran de envidia, te presumía y eras un logro como el que nunca antes había tenido, sinceramente nunca bese a alguien tan hermoso como tú, y nunca sentí con mis manos un cuerpo mejor trabajado y definido que el que tienes, eras toda testosterona y me hacías emborracharme de pasión con solo mirarte.

Pero todas esas virtudes tuyas eran insuficientes como para tener que lidiar con tu carácter, porque así como eras hermoso por fuera estabas podrido por dentro, decir que eras infiel sería poco, porque alguien podría ponerte al nivel de aquellos que se equivocan solo un par de veces, tu sin embargo te creías todo un don juan, te la pasabas acostándote con cada mujer que posara sus ojos sobre ti, y dadas tus cualidades visuales eran muchas, más de las que me atrevo a contar.

Al principio creí que eran solo mis celos traicioneros que me estaban jugando una mala pasada, pero después termine por comprobar como tu descaro no conocía los límites, ya que incluso te acostaste con personas que yo conocía, creo que fue un error creer que eras mucho para mí en algún momento, porque lo mismo creías tú, y quizás fue ese sentimiento el que te hizo sentir la “necesidad” de compartirte con el mundo, ¿porque “sería un desperdicio que solo una mujer fuera capaz de disfrutarte” verdad?

Pero ambos nos equivocamos en esta ocasión, tu pensabas que yo lo dejaría pasar con tal de seguirte teniendo un poco para mí, y yo que creí que eras demasiado bueno para mí, me terminé dando cuenta de que por más apuesto que seas tu no te mereces a alguien como yo, de alguna manera pudiste darte cuenta de que yo no era una cualquiera como las demás con las que solías jugar, y fue por eso que me presentaste con tu familia y amigos como tu novia, pero eso no me importa en lo absoluto.

Incluso fuiste capaz de venir a pedirme que regresáramos, ¿pero que clase de persona idiota crees que soy?, tu no te equivocaste, tu no cediste ante un impulso idiota como la mayoría de los hombres infieles lo suelen hacer, eras tu el cazador, eras tu el que buscaba la menor provocación de una mujer para acercártele y llevarla a tu cama, tu no eres capaz de cambiar, porque esa es tu forma de ser, así que déjame en paz, soy feliz con la persona que ahora me acompaña, que si bien no compite contigo en cuanto a apariencia, es un hombre completo y derecho y para mi eso es más importante que lo que me puedas ofrecer, la verdadera belleza de un hombre no esta en su físico realmente, esta en su forma de ser.

Autor: Chivy