No esperes de mí, lo que yo no recibo de ti.

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Hace tiempo fui una persona completamente diferente, era capaz de confiar en las personas con solo su palabra, era capaz de entregarme a un amor que apenas comenzaba, era capaz de ver las cosas buenas en la gente y si no tenían nada bueno incluso yo se los inventaba, tenía fe en que las personas por naturaleza son buenas, honestas, cariñosas y amables, siempre esperaba lo mejor de cada uno y nunca me fiaba de las críticas que les hacían a la gente, yo siempre les daba la oportunidad de demostrar quienes eran en verdad, a pesar de las advertencias de todos, a pesar de que incluso ellos mismos me dijeran que no se merecían mi confianza yo insistía en creer en la gente.

No sé si estoy cansada o si sencillamente he madurado, pero ahora ya no doy oportunidades a quien no se las gana, no creo en nadie que no me demuestre primero que es digno de mi confianza, y de alguna manera siempre estoy preparada para la traición, especialmente de aquellas personas que me harían más daño al decepcionarme, porque la vida me ha enseñado que son demasiado pocas las personas que realmente son dignas de mi confianza, que son una minoría tan absurda aquellas personas que aprovechan las oportunidades que les das de convertirse en alguien nuevo, incluso aunque ellas mismas deseen cambiar, para cambiar realmente se necesita más que un deseo, se necesita una convicción fuerte y un malestar enorme con aquel aspecto que uno desea cambiar, es por eso que a pesar de que mucha gente intenta cambiar por amor pocos lo llegan a conseguir.

Las innumerables decepciones me han convertido en la persona que ahora soy, algunos quizás me consideren algo amargada, pero yo creo que en realidad soy más bien realista, las personas de hoy ya no son naturalmente buenas, ahora son naturalmente egoístas, cada quien trata de llevar agua hacia su molino y no me importa si para conseguirlo afectan a los demás, muchos viven bajo la frase de “el que no tranza no avanza”, muchos usan a las personas como simples peldaños para ascender a una mejor situación económica o social, la mayoría de la gente ha dejado de buscar amigos para buscar herramientas, han dejado de construir lazos para que sea más fácil traicionar y dejar atrás a esas personas que ahora utilizan pero que en un futuro ya no les servirán más y que terminarán desechando como si de una basura se tratara.

Las personas han perdido la capacidad para ser agradecidos, y esperan mucho pero no dan nada, es por eso que me siento un tanto frustrada, es por eso que ahora me siento en la necesidad de comprobar si los que me rodean me hablan con la verdad o simplemente están tratando de usarme, así que no esperes de mi nada que no me hayas demostrado primero, no esperes recibir nada que no hayas dado, no esperes de mi algo que no estas dispuesto a dar, porque ya no soy capaz de involucrarme con nadie que no me haya dejado bien claro que se merece mi cariño, mi confianza o mi amor, porque ya estoy cansada de ir de decepción en decepción, así que no esperes de mi algo que no me hayas dado primero.

Autor: Sunky