A veces solo queda respirar profundo, cerrar los ojos, tragarse las lágrimas y sonreír.

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No siempre la vida puede ser color de rosa, de hecho, la mía ha sido más bien siempre una escala de grises, con algunos matices pequeños un tanto rosados y con varios muy obscuros, muchos más de los que me hubiera gustado, pero nada de lo que vivimos es en vano, cada esfuerzo que hacemos, cada momento que experimentamos aumenta nuestra capacidad para reaccionar ante lo que la vida nos presenta, y es que esta experiencia previa siempre es un paso sobre el cual fundamentamos nuestra siguiente acción, así que por mucho que te haya tocado sufrir, créeme, de alguna manera a valido la pena, de alguna forma es una herramienta que hoy puede ayudarte a salir adelante.

Creo que todos tenemos demasiado sobrevalorada la felicidad, y creo que la hemos definido mal desde un principio, ya que desde niños se nos vende como una pertenencia, como algo que o tienes o te hace falta, esta llena de requisitos estúpidamente difíciles de alcanzar y pareciera que la mayoría habla de ella como si la viviera y al mismo tiempo como si nadie en el mundo fuera capaz de experimentarla de verdad, pero seguimos viendo fotos de las personas sonriendo en las redes sociales, seguimos mirando esas imágenes que nos hacen creer que la vida de cualquier otra persona es perfecta y que la nuestra es una completa basura, y quizás a pesar de que nuestra vida realmente no va mal, al compararla con la aparente vida de los demás nos sentimos poca cosa.

No creo que la felicidad sea un objeto tan extraño como el que las personas describen, ni que sus partes deban de ser tan complicadas tampoco, yo creo que la felicidad lejos de parecerse a un objeto que puedes poseer o no, es más parecido a una decisión, creo que nuestro carácter ante la vida y como se nos presenta es fundamental para ser felices o no, la comunicación que tenemos con nosotros mismos puede hacer que un momento triste se convierta en uno feliz, o viceversa, entonces la felicidad no esta condicionada por x situaciones, si no más bien por lo que nosotros mismos definimos como felicidad, por la actitud que tengamos ante la vida, pero sobre todo esta condicionada por la decisión que tomamos a cada momento sobre si somos felices o no.

Aún así hay momentos en la vida que por más actitud positiva que tengas, por más fuerte y buena que sea la comunicación con tu interior no puedes evitar que sean tristes, y es que la tristeza no es mala tampoco, es otro aspecto de nuestra vida que nos ayuda a contemplar una parte de nosotros que solo aflora en esas condiciones, y conocer la tristeza en mi opinión, es una necesidad para poder ser una buena persona, y aunque la tristeza no es mala si lo es permanecer demasiado en ella, en esa forma contemplativa, en esa melancolía, así que cuando la tristeza no pueda ser erradicada hay que vivirla, hay que experimentarla y escuchar lo que nos tiene que enseñar, después de haber comprendido la lección respiremos profundo, sequemos nuestras lagrimas y volvamos a sonreír.

Autor: Sunky