Nadie es tuyo, solo es tu turno.

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Cuando alguien se va nos sentimos tristes, porque tenemos la idea de que las personas nos pertenecen, el decir es “mi novio”, “mi esposo”, “mi amigo”, nos hace tener un falso sentido de pertenecía, nos hace creer que tenemos algún cierto derecho sobre aquella persona que nos ha brindado un espacio en sus vidas, que nos ha dado la oportunidad de ser parte de su historia y que nos permitirá escribir una historia en conjunto, pero las personas solemos relajarnos y dar por hecho aquellas cosas o personas que consideramos nuestras, creemos que estarán de forma permanente a nuestro lado, creemos que es momento de buscar nuevos logros, de conseguir aquello que aún no hemos alcanzado y solemos descuidar a esas personas que habíamos logrado ganar y sumar a nuestras vidas.

Creo que la falta de gratitud es el mayor de los problemas, creo que la gente esta tan enfocada en aquello que le hace falta que deja de mirar todo lo que tiene, y es por eso que cuando terminan perdiendo aquello que tenían se dan cuenta del inmenso valor que estas personas le daban a sus vidas, pero regularmente eso pasa demasiado tarde, porque para que una persona se vaya es porque ya se canso de esperar, y cuando intentas recuperarle ya no puedes hacer nada, porque de nada vale una nueva promesa cuando durante tanto tiempo nos comportamos como una idiota que solo le ignoraba, lo sé porque lo he vivido, me ha tocado ser de aquellas que no son valoradas, pero también he caído en el error de no valorar a quienes se merecían todo mi respeto, mi atención, mi cariño y mi tiempo, y yo como una idiota se los negué, con un sentido de pertenencia sin fundamentos creí que siempre estarían para mi porque me lo habían dicho.

Aunque no reparé en pensar que se sobre entendía que yo también debería estar ahí para ellos, que yo también debería de reforzarles los motivos para seguir permaneciendo en mi vida, y he vivido arrepentimientos por estar de los dos lados de la moneda, y creo que es casi intrínseco el dar por hecho a las personas y cosas que consideramos nuestras, pero una persona jamás será nuestra en realidad, así como cambiamos nosotros todos los demás también lo hacen, y siempre se puede cambiar de opinión y buscar mejores compañías cuando sentimos que nos han dejado de valorar, y aún sabiendo todo esto me ha costado trabajo no volver a cometer los mismos errores, y es que hay personas tan buenas que consideramos imposible que nos dejen de querer, pero curiosamente a pesar de ser difícil que nos dejen una vez que lo hacen no hay fuerza en el mundo que les haga volver.

Por eso he tomado la decisión de vivir considerando que nadie es mío, que solo es mi turno, así puedo tener una visión más clara de la realidad, así puedo recordarme a mi misma que debo seguir ganándome el aprecio y el lugar privilegiado que esas personas me dan, así cuando me enamoro lo hago con libertad, y así puedo valorar más a la gente que cada día toma la decisión de permitirme seguir siendo parte de sus vidas, así puedo estar más tranquila si a alguien amado por mi decide irse, porque entiendo que mi turno se terminó, porque sabía que pasaría y estaba preparada para cuando sucediera, y nada me gustaría más que poder encontrar una persona que hablando de amor eligiera que mi turno durara toda su vida.

Autor: Sunky