Para que una mujer sea tuya, no tienes que quitarle la ropa, tienes que quitarle las ganas de estar con alguien más.

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Nunca me gusto ese adjetivo que las personas usan para referirse a su pareja, el decir “mi mujer” porque puede llegar a confundir la mente del hombre que lo dice, y hacerle creer que somos un objeto a su disposición en el momento que él quiera, y en el momento que no quiera pueden llegar y arrumbarnos por un tiempo en el armario hasta que le dé la gana de volvernos a usar, pueden llegar a creer que hagan lo que hagan nosotras no tendremos otro camino más que aguantar y aguantar, pero nada puede estar más alejado de la realidad.

Aun así hay muchos hombres que creen que un documento firmado, una promesa o juramento, un hijo o peor aún el simple hecho de haberle quitado la ropa a su pareja le ha convertido en su dueño absoluto de por vida, y es precisamente en este contexto que la gente se suele equivocar, suelen caer repetidas veces en el error de creer que la persona que tienen a su lado no puede cambiar de parecer a pesar de que les comiencen a tratar de forma completamente contraria a cuando les enamoraron y terminaron ganándose un lugar en su corazón.

Pero las personas no somos seres inmutables, de hecho somos todo lo contrario, no podemos evitar cambiar, ya sea para bien o para mal, no podemos evitar evaluar constantemente nuestra situación y preguntarnos si estamos felices con la realidad que nos rodea, y cuando la respuesta es “no” entonces muchas veces decidimos cambiar, ya sea de gustos, de costumbres, de trabajo, o de pareja, porque el enamoramiento nunca ha sido una meta, el enamoramiento no debe de terminar en aquella etapa de noviazgo, el cortejo debe de ser durante el mismo tiempo que esperas que esa persona permanezca a tu lado, y si le dejas de enamorar, si dejas de comportarte de la forma en la que te la ganaste, entonces no estas haciendo otra cosa más que perderle en cada momento que pasa.

Si en realidad quieres que tu mujer permanezca a tu lado para siempre, no debes conformarte con quitarle la ropa unas cuantas veces, debes concentrarte en que ella no desee que se la quite nadie más, debes convencerle día a día de que tu amor esta vigente, de que ella es importante para ti y que le amas por sobre todas las demás, debes de ser la persona que le enamoro cuando se conocieron, y no olvidarte de que los detalles te abrieron el paso y te distinguieron sobre los demás, a las mujeres nos gusta la continuidad, nos encanta saber que aunque pasen los años la persona que tenemos a nuestro lado no cambia en su manera de actuar con nosotras, porque si bien las mujeres somos más apasionadas y nos enamoramos más, si bien solemos ser un poco indecisas cuando se trata de marcharnos, cuando decidimos hacerlo ya no hay vuelta atrás.

Autor: Sunky