El pasado muere, el presente vive, el recuerdo queda… y la vida sigue.

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Todos queremos que nuestra vida tenga sentido, todos queremos tener experiencias memorables, inolvidables, importantes, especiales, quizás sea por eso mismo que muchas veces nos aferramos demasiado al pasado, a aquello que conocemos, a aquello que sabemos que fue bueno, pero algunas veces cometemos el error de creer que esas experiencias serán insuperables, y con eso en mente nos dedicamos a mantenerlas todo el tiempo posible en nuestro presente, sin importarnos que ya se han convertido en historia.

No hay una manera “correcta” de hacer las cosas, cada quien recorre un camino diferente, es educado de una manera especifica y viene con una serie de genes y de personalidad que lo convierten en alguien único e irrepetible, pero  es verdad que hay comportamientos que muchas veces repiten los mismos resultados, y el vivir de los recuerdos suele distraernos de lo que tenemos realmente enfrente, nos quita el control de nuestras vidas, y nos condena a un tiempo en el cual por más que lo repasemos nada podemos cambiar, porque el pasado ya esta escrito y no puede modificarse.

Es por eso que siempre intento mantenerme en el presente, no porque sea mejor que el pasado, sino porque es el único tiempo donde realmente puedo tomar el control y vivir cosas nuevas, yo también he vivido experiencias hermosas que de vez en cuando revivo cuando escucho alguna canción de ese tiempo o al ver una foto etc., pero también debo agregar que muchas veces creí haber vivido algo insuperable y después termine corriéndome a mí misma, dándome cuenta de que estaba muy equivocada en esa época.

Así que por muy hermoso o importante que sea el pasado, trato de no mantenerme mucho tiempo recordándolo,  y por muy preocupante e importante que sea el futuro trato de no preocuparme demasiado por cosas que ni siquiera sé si llegaré a ver, o si en verdad pasaran, trato de concentrarme en vivir, en recordar que la vida siempre sigue, y que aunque muchas veces no lo podemos ver, siempre hay al menos un camino que podemos recorrer para seguir avanzando.

Doy gracias por el pasado que he tenido, porque de las cosas buenas he sonreído y de las malas he aprendido, porque soy la mujer que soy precisamente por la interacción con todas esas personas que se cruzaron en mi camino, por el intercambio de ideas que tuvimos, por las experiencias que tuvimos, en pocas palabras soy la suma de todo lo que he vivido, y no quiero olvidar nada de lo que en mi pasado esta porque es valioso para mí, incluso aquellas experiencias que son más dolorosas.

Amo el presente, porque creo que en verdad es un regalo, es una oportunidad siempre nueva de encontrarnos con nosotros mismos, de reinventarnos, de disculparnos por los errores cometidos, y sobre todo porque tenemos la libertad de hacer con él lo que deseamos.

Autor: Chivy