Como pretendes volar, ¿si no te alejas de los que te arrancan las plumas?

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Creo que todos hemos vivido una etapa de nuestras vidas en la que nos cuesta demasiado salir de la depresión o de un mal momento, y por más que lo intentamos parece que es imposible siquiera despegar la cabeza del suelo, es precisamente en esos momentos en los que aquellas personas que nos rodean marcan una diferencia muy importante en el tiempo que nos tomará recuperarnos, ya que es normal que cuando caemos nos preguntemos ¿Qué estamos haciendo mal?, es algo normal el dudar de nuestra forma de hacer las cosas y replantearnos por un momento si estamos haciendo las cosas mal o si fue algo que no podíamos evitar.

Las personas negativas están por doquier, y muchas veces las tenemos a nuestro lado en la escuela o trabajo, y sin darnos cuenta pueden implantar sus ideas en nosotros, como semillas de desconfianza que en algún momento terminan germinando, y si bien es cierto que cuando estas bien puedes ir en contra de todo, sin importarte mucho lo que los demás piensen, de cualquier forma son un “peso extra” que siempre terminas cargando; por otro lado si tu no estas bien ese peso extra puede mantenerte en el suelo por más tiempo del necesario.

No todas esas personas son conscientes de lo que hacen, hay algunas que te transmiten su negatividad como quien te contagia la gripa, incluso algunas creen que el comentarte todos sus miedos y dudas podrá ayudarte en realidad para evitarte hacer algo que podría terminar haciéndote daño, pero ¿Qué en esta vida no puede terminar dañándonos?, todo lo bueno puede terminar convirtiéndose en malo, pero no por eso vamos a privarnos de vivir aquello que en realidad deseamos, esa forma de pensar, de esconderse, es la manera más triste de existir de todas, porque viven pero al mismo tiempo parecen estar muertos.

Por otro lado hay algunas personas que se dedican a implantarte temores, a hacerte pensar mal de los demás, en pocas palabras buscan hacerte daño, ellos son desdichados y buscan quien comparta su pena, no por solidaridad, no por empatía, si no simplemente para ver sufrir a alguien más a su lado, porque ellos han perdido el valor necesario para levantarse de nuevo, y envidian a los que son capaces de seguirlo intentado, quizás porque en el fondo hasta ellos mismos saben que el que “persevera alcanza”, ellos están podridos y solo quieren ver a todos los demás compartir su suerte.

Sea como sea, sean conscientes o no esas personas de que nos están haciendo daño, lo mejor es marcar una distancia bastante grande con ellos, y en la medida de lo posible dejar de verlos, de cualquier forma siempre habrá personas felices de verte alcanzar tus objetivos, de compartir tu felicidad, aquellos que te impulsen a dar lo mejor de ti, aquellos que te retroalimenten para ser una mejor persona cada día, siempre van a haber personas que te quieran por lo que eres, que te ayuden cuando lo necesites, y quizás no serán muchas, pero serán suficientes.

Así que, si en realidad quieres volar, deberías preguntarte quienes te ayudan a levantar el vuelo y quienes te están arrancando las plumas, y solo dejar dentro de tu vida a aquellas personas que te hagan bien, a aquellos que saquen lo mejor de ti y despedirte de una vez por todas de aquellas amistades toxicas que no hacen más que enfermarnos por dentro.

Autor: Sunky